jueves, 14 de mayo de 2020

Well...







Digan lo que digan, hacerla de pedo no está en mi campo. Liosa no soy. Me cagan las confrontaciones. Algunas serán necesarias, algunas me las obligo, pero las odio porque vivir en el conflicto no es lo mío. En otra vida debí ser una jipi valemadrista feliz. Todavía el año pasado decía que me iría a vivir a una playa a vender piñas con tal de dejar las pendejadas que me agobian y buscarme unas nuevas. Me acordé porque estaba pensando que muchas de las violencias que padecemos las mujeres son porque 1) tenemos miedo a alzar la voz, 2) porque neta las permitimos porque no queremos pedos que nos perturben, como yo. Me acordé de cómo preferí dejar de pedir la pensión alimenticia al que engendró a mis dos hijos. Primero iba a la casa a verlos y no llevaba más que los 200 pesos semanales, neta en él se basó el meme tan famoso aquél; luego ya no iba ni a verlos con tal de que yo no le pidiera más; luego le dije, bueno, ve a verlos, no me des ni madres, con tal de que los veas. Nada. Luego un día porque mi andré chiquito me preguntó por él, emperrada fui a buscarlo a su casa y afuera le grité que ahora a webo mínimo pinche dinero lo iba a obligar a darles, si ya no les iba a dar amor unos pinches tenis sí, y que sale el pendejo y se ríe y me dice que lo obligue. Y pos no pude. La abogada de la parroquia, en consulta gratuita, me dijo que lo dejara por la paz porque son líos muy largos, otro de plano me dijo que no había manera porque él (el engendrador) tampoco tenía en qué caerse muerto, así que utilicé por pocos días eso de no dejárselos ver, que dirán, a fin de cuentas ni importaba porque él no iba a verlos, pero ya saben, en cuanto supo que yo no lo iba a dejar pues se empecinó a ir diario diario diario por ellos y llevarlos al parque. ¿Seguí buscando la pensión? No. Yo solo quería que los viera y no me importó que no diera dinero a pesar de las necesidades. Y santa paz. ¿Injusto?¿Pusilánime, cobarde, tibia? Sabe. Hay gente que nace con esa vena, yo no. Vivía tranquila sin sus gritos y sus patadas a la reja o a la pared, mis hijos todavía lo vieron unos meses,lo extrañaban muchísimo, hasta que ya después todo fluyó de otra manera... Todavía soy así y a veces me lo reprocho. Todavía me alejo de conflictos gratuitos, pendejos, de veras pendejos, que ni valen la pena, situaciones que no tolero y que mejor dejo pasar. Todavía estoy atorada en otros tantos conflictos que trato de resolver. Y nada tiene que ver con ser o no una culera, lo soy. Pero por eso las violencias de otras formas siguen para mí y para muchas. Quien sabe qué se necesita para sacar la garra. Creo que lo sé, pero ese es otro tema porque sigo bien casada con el Dude y su frase: Yeah, well, you know, that's just like, uh, your opinion, man.







"Una escoje sus batallas y también cuándo retirarse"

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